NUESTRA HISTORIA
EL PAZO
Descubre la increíble historia del Pazo
Cuenta una vieja leyenda popular que el Pazo se encuentra unido por un pasadizo submarino con el Monasterio de San Martiño de Xubia, alojado al otro lado de la ría
A orillas de la Ría de Ferrol, rodeado de naturaleza, se levanta el edificio del s. XVI con una cuidada restauración y una perfecta mezcla entre lo moderno y lo antiguo
DE LA INDUSTRIA AL HOSPEDAJE
A finales de la década de 1700 llega de Matute (Logroño) D. Francisco Antonio Somalo, un activo comerciante riojano dispuesto a fundar una tenería en el lugar de La Florida, entre el Camino Real y el mar de Jubia. En estas propiedades, cuyas construcciones más antiguas pueden datarse en el siglo XVI y de las que se conserva una pequeña capilla de estilo barroco dedicada a la Virgen de la Merced, se edifican unas instalaciones que siguiendo el estilo de los centros fabriles dieciochescos, responden a un diseño que se mueve entre una casa señorial y un recinto industrial. Se funda así la Fábrica de Curtidos de la Florida
Tras la Guerra de la Independencia, Damiana Somalo, hija del fundador, se casa en 1812 con Juan Adam Pensel, oriundo de Baviera y técnico mineralista en el Departamento de Marina de Ferrol. Fallecido el Sr. Pensel sin descendencia, se hace cargo de la dirección del establecimiento D. Tomás Cebreyro, cuya propiedad es reclamada ante el Rey por dos hijos que había tenido el sacerdote hermano del fundador, quien se la concede
Fallecidos los hijos del párroco de Neda, la propiedad vuelve a la rama familiar de D. Francisco y al igual que el resto de las industrias de la comarca entra en crisis hacia 1870 y su entonces propietario, D. Francisco Cebreiro Seoane, como tantos otros gallegos, emigra a Cuba, de donde retorna en 1898 para vivir bajo la gobernación de Dña. María Barros de las rentas que le dejan las amplias propiedades del llamado Pazo de la Merced, que se extienden por toda la ribera de Neda, desde Perlío hasta Jubia
Mediado el siglo XIX el pazo funciona como Convento Franciscano y hacia 1925 pasa a manos del popular médico D. Francisco Cebreiro Barros, D. Paco el de la Merced.
En mayo de 1978 el arquitecto ciudad-realeño D. Alfredo Alcalá Navarro adquirió y restauró el deteriorado edificio para convertirlo, en 1991, en la primera Casa de Turismo Rural de la provincia de A Coruña
LA RECUPERACIÓN DE LOS BIENES CATALOGADOS
Las obras de restauración del Pazo da Merced o Fábrica de la Florida, se han realizado bajo el prisma del conocimiento histórico y constructivo del conjunto y de cada una de las partes y elementos singulares. Las herramientas de intervención se han ajustado a las técnicas existentes, mano de obra y materiales en el momento de la intervención. El pabellón del S. XVII con su solana al sur, por encontrarse en buen estado de conservación, se ha restaurado miméticamente reproduciendo elementos desaparecidos como lo era el propio balcón o secadero. La zona más deteriorada que corresponde al cuerpo de edificación enfrentado a la ría, por responder a cánones ilustrados del S. XVIII se ha procedido a interpretar y reconstruir con la racionalidad propia de la época y del movimiento moderno de comienzos del S. XX. Es decir, en este pabellón, se mantienen los ejes de circulaciones y volúmenes, clarificando y poniendo en valor los espacios internos
Las técnicas constructivas empleadas están fijadas por el momento especial de su reconstrucción: la crisis de 1983 facilitaba el empleo de materiales y mano de obra en trabajos de acero, sustituyendo a los elementos de madera que se encontraban deteriorados. Igualmente, la madera empleada fue la industrializada en forma de tablero, “tablero marino” que garantiza su estandarización y su estabilidad. Estos materiales se complementan con otros ya consagrados en el S.XX como son el hormigón armado y el vidrio sin olvidarse de la madera maciza en la carpintería, ni del tratamiento en el hormigón armado eligiendo color de integración y tratamiento superficial. Tanto la mano de obra como los materiales se han enmarcado con la voluntad de conseguir una composición volumétrica adecuada con formas, texturas y colores que se integren a la edificación existente
